Una historia marcada por la impronta de los fenicios
No muchos conocen la astucia y la habilidad de aquel casi mítico pueblo de origen semita, primo lejano de los hebreos que fueron los fenicios. Famosos mercantes y atrevidos marinos de los hoy cuales actualmente se ha llegado a suponer que hasta incursionaron en territorios americanos dadas supuestas evidencias encontradas en estas tierras que corroboran el dato.
En el mundo de la antiguedad, los fenicios eran también celebres por ser de pocos escrúpulos, que no dudaban ni siquiera en vender hasta su abuela para resarcirse económicamente, véase el caso del fiel siervo de Ulises de Itaca quien siendo niño y principe de su tribu, se aventuró en conocer personalmente los barcos de estos mercaderes y terminó siendo vendido como esclavo por aquellos codiciosos.
No obstante sus conocimientos como marineros eran muy importantes en aquella época en la que faltaban milenios para conocer la tecnología del GPS. Conocimientos que los fenicios manipulaban a su gusto y paladar, debido a que los griegos y el resto del mundo antiguo eran muy dados a las superticiones y creencias sobre criaturas mitológicas monstruosas. Y es así como los fenicios en su gusto por el dinero y la necesidad de no poseer rival fueron unos de los primeros creadores de los bestiarios de la antigüedad a los que incluían en sus leyendas como viajeros.
En la Grecia oriental, fijaron ellos los límites del mundo conocido y a partir de su costa oeste comenzaba el mundo desconocido que abarcaba todo el Mediterráneo occidental ayudados también por la poca generosidad de los vientos marítimos y una geografía que hacía peligrosa la navegación por esos lados. Los fenicios desde muy temprano mantenían relaciones comerciales con todo el mundo pero su fuente principal de ingresos más importantes estaba en el mundo conocido y sus cercanias que albergaba a las potencias de la época. Al incluir en las leyendas de los viajeros a criaturas mosntruosas que existían del otro lado del mundo, evitaban que los griegos por ejemplo no se intentaran aventurar en otros lugares y que descubrieran otros puntos comerciales y que de esta manera se les escapasen los clientes y sus ingresos por las manos.
El texto "la Odisea", recopila estas leyendas tejidas por los fenicios a quienes no les faltó el ingenio para asustar a los intrépidos griegos en el mundo antiguo sumergido por la oscuridad de las superticiones y las hechicerias.